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Campos electromagnéticos y posibles efectos cancerígenos. Comentarios a las preguntas, más frecuentes, en relación con la Resolución de la OMS de 31 de Mayo de 2011. Prof. Dra. M Jesús Azanza, Catedrática de Biología Celular y Magnetobiología. Universidad de Zaragoza. Prof. Dr. Agustín del Moral. Catedrático de Física de Materia Condensada,

Miércoles 9 de mayo de 2012 · 1336 lecturas

Campos electromagnéticos y posibles efectos cancerígenos
Comentarios a las preguntas, más frecuentes, en relación con la Resolución de la OMS de 31 de Mayo de 2011
La reciente publicación de la Resolución de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 31
de Mayo de 2011 que, siguiendo las recomendaciones de la Agencia Internacional para la Investigación
del Cáncer (IACR), incluye las radiaciones electromagnéticas (REM en adelante) en el rango de las
radiofrecuencias (RF en adelante) no-ionizantes, dentro del grupo 2B:”Substancias o agentes
posiblemente cancerígenos” ha despertado en los medios (periódicos y radio fundamentalmente) un
cúmulo de variados artículos y/o comunicados referidos únicamente a la “telefonía móvil” (TM en
adelante). En términos generales son adversos al comunicado de la OMS y han sido realizados, en su
mayoría, por autores no científicos y desconocedores, por tanto, de la evidencia y método científicos, o
bien basados en parte interesada, como son los informes de las compańías de TM, a los que no podemos
mantenernos como científicos, ajenos.
Como científicos investigadores de los efectos biológicos de los campos electromagnéticos (CEM en
adelante), debe quedar bien claro que lo que abajo escribimos tenga como objetivo un “ataque” a la
radiotelefonía (por supuesto, inalámbrica) a la que nada crematístico o ideológico nos liga, y en la que
reconocemos sus indudables efectos sociales positivos. Lo que queremos es exponer evidencias
científicas (dentro del limitado espacio de un artículo de divulgación) para un correcto y no dańino uso de
la misma, de lo que en un futuro no muy lejano (diez ańos) podríamos lamentarnos. Nuestra opinión es
por tanto clara: queremos cautamente manifestar nuestro acuerdo con dicha resolución de la OMS de
incluir los CEM de RF dentro del Grupo 2B de substancias o agentes posiblemente cancerígenos en
humanos, en base al principio de precaución (www.who.int/emf).
Las razones que a continuación exponemos, están soportadas por cerca de 25 ańos de
investigación sobre:”Posibles efectos biológicos de los campos magnéticos estáticos y alternos, de baja
(0.1-100 Hz) y alta frecuencia (9.6 GHz y 13.6 GHz) en neuronas y astrocitos humanos, normales y de
astrocitoma” que llevamos realizando en el Laboratorio de Magnetobiología de la Universidad de
Zaragoza.
Como nuestra presentación decir que la Prof. Dra. Azanza formó parte del primer Grupo de Expertos
Independientes en CEM y Salud que la Subdirección General de Sanidad Ambiental y Salud Laboral
estableció en el ańo 2001. Con los estudios recogidos y teniendo en cuenta las disposiciones del Real
Decreto 1066/2001, en el ańo 2002 el Ministerio de Sanidad publicó un Informe Técnico (web. del
Ministerio de Sanidad, sección Libros: Campos Electromagnéticos y Salud Pública, 2002). En dicho
informe se cita un acuerdo de la OMS por el cual, y siguiendo el consejo de la IARC de Junio de 2001, se
habían incorporado en el Grupo 2B los CEM de frecuencia extremadamente baja (ELF en adelante).
Como se describe en la resolución: ante la evidencia epidemiológica que sugiere que en una población
expuesta a los campos magnéticos, de baja frecuencia, de intensidad promediada, por encima de 0.4
microTeslas, el doble de nińos podrían desarrollar leucemia comparado con una población con
exposiciones más bajas. Es decir, no es la primera vez que la OMS se define en relación con la exposición
a CEM como posible fuente de carcinogénesis.
En el mismo Informe Técnico del Ministerio de Sanidad, se dice que los CEM no se consideran
iniciadores de cáncer pero sí podrían actuar como copromotores. Según esto, los CEM no serían capaces
de iniciar un proceso canceroso pero, una vez producida una transformación cancerosa en una célula, por
cualquiera de las vías posibles, los CEM podrían potenciar dicho efecto (copromotores). Es decir, aunque
de forma tibia, ya se asociaba CEM con carcinogénesis.
La capacidad de iniciar un proceso canceroso se ha demostrado ampliamente en el conocido
Proyecto REFLEX (ver comunicado resúmen del Dr. F. Adlkofer en Google) en el que participaron 12
países europeos con el fin de comprobar si los resultados obtenidos podían ser replicados
simultáneamente por varios grupos de investigación. Los resultados mostraron que los CEM relacionados
con los TM, tanto de baja (GSM: 8 y 217 Hz; DTX: 2, 8 y 217 Hz) como de alta frecuencia (GSM: 1.8
GHz), producen efectos genotóxicos (dańo en el ADN) (ver F. Adlkofer, Bioelectromagnetics,, pp. 331-
354, Eds. S. N. Ayrapetyan y M.S. Markov, 2006, Springer-Verlag, Berlin).
La capacidad de potenciar un proceso canceroso ya iniciado, es decir, actuar como agentes
copromotores de cáncer, la hemos demostrado recientemente en nuestro Laboratorio de Magnetobiología.
Los gliomas que se citan en el comunicado de la OMS, son tumores cerebrales producidos por células de
glia. Entre ellas, los astrocitos son responsables de más del 90% de los gliomas. En nuestros
experimentos se expusieron astrocitos de astrocitoma humano en cultivo a estrechos pulsos de RF en el
rango de los utilizados en radares de banda X (9.6 GHz), en condiciones de potencia (0,6 mW) que no
produjeran calentamiento de las muestras (efecto subtérmico). La alta frecuencia portadora de 9,6 GHz,
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estaba modulada en amplitud por seńal de ELF, esto es, como las que portan las ondas EM de
radiodifusión, TV y telefonía móvil inalámbrica. La exposición durante 24 h condujo a un aumento
altamente significativo de la proliferación celular (del orden del 40% de células iniciales) por incremento
de las denominadas proteínas antiapoptóticas (C.Pérez-Castejón, R. N. Pérez-Bruzón, M.Llorente, N.Pes,
C.Lacasa, T.Figols, M.Lahoz, C.Maestú, A. Vera, A.del Moral and M.J. Azanza. Histology and
Histopatholog, vol.24, 1551-1561, 2009). Es decir, los CEM pueden potenciar el efecto de
carcinogénesis, ya establecido previamente, actuando por otras vías que no son, necesariamente, el dańo
directo en el ADN.
Ha llamado mucho la atención que, en el grupo 2B, esté también incluido el café como posible
carcinógeno. Es bien conocido que el principio activo del café es la cafeína. La cafeína es una molécula
que, dentro de las células, interacciona en los receptores rianodina de la superficie del retículo
endoplasmático liso, almacén de iones de calcio (Ca++). Como consecuencia se liberan iones Ca++ en el
citoplasma celular. Los iones Ca++ actuando como segundos mensajeros (los primeros mensajeros son,
por ej., las hormonas y los neurotransmisores), son capaces de activar una serie de procesos clave para el
funcionamiento de un elevado número de células diferentes (ver la reputada mundialmente Biología
Molecular de la Célula, B. Alberts y otros, Ed.Omega). Los efectos inducidos dependen de la
especialización de cada célula. Por poner algunos ejemplos: a) inician la contracción muscular; b) activan
la división celular aumentando la proliferación celular; c) interfieren en los mecanismos de apoptosis
(muerte celular programada genéticamente), caso de nuestros experimentos con células de astrocitomas
humanos; d) las concentraciones muy elevadas de iones Ca++ producen la citotoxicidad por calcio, causa
de la muerte celular asociada, por ej. a un ictus producido por isquemia; e) regulan la incorporación de
substancias y la secreción, por ej., de hormonas y neurotransmisores. Pues bien, en nuestros experimentos
realizados en neuronas individuales animales expuestas a CM estáticos y alternos (desde ELF hasta
frecuencias de microondas de 13.6 GHz (potencia de 5mW y condiciones subtérmicas)) hemos
demostrado que la cafeína mimetiza, es decir, produce el mismo efecto que los producidos por los CEM
aplicados: estimulación o inhibición de la actividad bioeléctrica de las neuronas (M. J. Azanza, Brain
Research, vol. 48:195-198,1989; M. J. Azanza and A. del Moral, Prog. Neurobiol. Vol.44:517-601,1994,
artículo de revisión). Es de seńalar que nuestros trabajos están recogidos y han sido destacados en el
documento publicado por la OMS en 2004: Criterios para la salud medioambiental: campos magnéticos
estáticos (web. de la OMS).
Es significativo, por tanto, destacar el craso error de decir, como algún medio ha publicado, que
las ondas de TM “no pueden atravesar las membranas celulares”, cuando éstas están formadas por
material dieléctrico (fosfolípidos, proteínas y colesterol), completamente transparente a la radiación EM
(salvo débiles reflexión y absorción). Un modelo teórico desarrollado por nosotros explica la liberación
de iones Ca++ como consecuencia de la interacción del CM/CEM con las membranas celulares (A.del
Moral and M.J.Azanza. J.Magn.Magn.Mat. vol.114:240-242,1992). La liberación de Ca++ es sutil, siendo
debida al campo magnético de ELF que modula la RF, dado que la membrana actúa como un dispositivo
demodulador o detector, similar a como lo hacen los dispositivos electrónicos de que van provistos los
receptores de radio, TV y telefonía móvil, sólo que en las células lo hacen las moléculas de la membrana
(fosfolípidos) mediante un complejo mecanismo que hemos dominado superdiamagnetismo y repulsión
eléctrica del Ca++ (a ambos lados de la membrana) y difusión de los iones Ca++ dentro de la célula, en
remarcable buen acuerdo con los datos experimentales (A.del Moral, conferencia oral en el Congreso
EuMW2008 (sobre miccroondas) , Ámsterdam,2008; M. J. Azanza, A. del Moral and R. N. Pérez-Bruzón.
en: Advanced Microwave and Millimeter Wave Technologies, InTech, Ed. M. Mukherjee, pp.589-
626,2010, Croacia).
Es correcto afirmar que los estudios epidemiológicos son escasos. En el caso del tabaquismo se
dispone de dos poblaciones claramente definidas: fumadores y no fumadores. Y, en estos últimos, se
puede contar el número de cigarrillos/cajetillas que se consumen diariamente. Además, tenemos un
órgano diana para su estudio: el sistema respiratorio. De hecho, en EEUU, la relación entre consumo de
tabaco y cáncer de pulmón ya era evidente en 1950 ¿Cuándo fue reconocido por las autoridades
sanitarias?. En el caso de los posibles efectos cancerígenos de los CEM de RF ambientales es muy
complejo cuantificar la exposición (frecuencia, intensidad), el tiempo de exposición (dosis) y definir un
posible órgano diana. En la TM, si se manejan el manos-libres o los auriculares, es más difícil establecer
una posible correlación que si se mantiene el TM pegado al oído. En términos generales, la mayoría de
los usuarios tampoco podríamos definir con gran exactitud el tiempo al día que usamos el móvil. Es decir,
los estudios epidemiológicos son difíciles de realizar (ver Proyecto Interphone en Google). Indicaremos
que para el uso correcto del TM pueden consultar en la web. de la Sociedad Espańola de Protección
Radiológica dos documentos de interés: Recomendaciones para el uso del móvil y Preguntas y respuestas
más frecuentes sobre la telefonía móvil.
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Es correcto afirmar que no se ha demostrado una relación causal. La relación causal, i.e. causa -
efecto, en sentido estricto, solo la podemos establecer a nivel de biología molecular. En el caso de riesgo
de cáncer por la extensión de la telefonía móvil, exposición de la población a las antenas emisoras por ej.,
salvo en casos muy concretos y reconocidos, es muy difícil establecerla de momento en humanos. En el
caso del uso del teléfono los estudios del Dr. L. Hardell (ver en Google), sí han demostrado una clara
relación causal. Inicialmente la estableció este investigador para los teléfonos inalámbricos, al encontrar
una incidencia de tumor benigno del nervio acústico, neuroma, en el lado derecho o en el izquierdo
dependiendo del oído sobre el que se apoyaba el teléfono. Posteriormente, tal correlación la está
extendiendo al TM a medida que, con los ańos, a partir de la década de 1990, se ha incrementado su uso.
Incluso en el Proyecto Interphone, se indica evidencia limitada de carcinogénesis por el uso del TM en
humanos, pero suficiente en animales de experimentación, que ha llamado la atención en muchos lectores
de la resolución de la OMS. Esta es la realidad, la evidencia científica, todo lo demás son un conjunto de
apreciaciones infundadas científicamente, lo que consideramos que no es serio. Nuestros resultados
experimentales y modelos biofísicos teóricos (en los que continuamos investigando dentro del Proyecto
Europeo: Efectos biológicos de las radiofrecuencias, ERG 101.013, con la participación de seis países:
Gran Bretańa, Suecia, Holanda, Bélgica, Italia y Espańa, desde 2006) en células de astrocitoma humano
en cultivo, ya citado antes, no los podemos extrapolar completamente a humanos. Irradiamos una
monocapa de células que están creciendo en cultivo, fuera del cuerpo, y no disponen de las numerosas
vías de regulación intercelular y mecanismos de defensa cuyo máximo exponente es el sistema
inmunitario. No obstante, los experimentos con células en cultivo (in vitro) nos permiten establecer una
relación directa causa-efecto entre exposición y crecimiento tumoral y explicar las alteraciones
observadas a nivel molecular. El valor de la experimentación sea en animales o en células en cultivo es el
de proporcionar la evidencia de un hecho que es posible que ocurra a nivel de humanos si se dan ciertas
condiciones bien controladas. Conviene destacar que los CEM que hemos utilizado en los citados
experimentos, se hicieron con una potencia de radiación de 0,6 miliwatios (mW), comparada p.ej. con la
potencia (media) emitida por un teléfono móvil, entre 100 y 2000 mW (Google), ¡potencias, al menos,
1millón de veces mayores que en nuestros experimentos de proliferación celular!.
En relación con que el aspecto de que no se cuantifica el riesgo, comentar lo siguiente. En el
Documento original: WHO, Press Release N208, 31 de Mayo, en la página 2 se dice: El grupo de trabajo
(se refiere al estudio Interphone) no cuantificó el riesgo; sin embargo, un estudio previo, sobre el uso del
TM, hasta el ańo 2004, mostró un (precisamente) 40% de incremento del riesgo de desarrollar un
glioma, en la categoría de los mayores usuarios del TM. En media: uso diario del TM de 30 minutos
durante un periodo de 10 ańos. Téngase en cuenta que un glioma en humanos tarda en desarrollarse entre
15 y 30 ańos y la generalización del uso del TM en la población es un hecho de los últimos 15 ańos (en el
mundo hay prácticamente un TM por habitante: 5.000 millones, en términos globales, web.OMS).
Nuestra sociedad tecnológicamente avanzada no puede, desde luego, mantenerse sin el uso de los
CEM. Por poner algunos ejemplos sencillos: las telecomunicaciones (radio y TV); los sistemas de control
del espacio aéreo; los radares de localización y orientación, ¿se imaginan la navegación aérea y marítima
sin radares?; los conocidos inhibidores de CEM frente a acciones hostiles contra la población; sistemas de
control a distancia, etc. etc., etc. Destacar que en Rusia y EEUU ya se establecieron en la década de 1970,
criterios de exposición para los trabajadores con radiaciones de microondas. Por ello debemos conocer
científicamente los efectos de los abundantes CEM (frecuencia, potencia, SAR y dosis recibida) para
conseguir que la población viva en condiciones de seguridad, no solo para la salud, sino también para
mantener nuestro medio ambiente. Para ello se necesita hacer más investigación, petición unánime en los
artículos consultados, con apoyo de los adecuados recursos económicos públicos (Gobiernos y
Autonomías) o privados. Este no es el caso de este campo de investigación, no incluido en las Áreas
Nacionales Prioritarias de Investigación espańolas y para el cual las dotaciones autonómicas son
realmente exiguas.
Queremos resaltar por último que la OMS está aplicando el Principio de Precaución. Este principio
se aplica cuando una evaluación científica objetiva indica que hay motivos razonables de preocupación
por los potenciales efectos peligrosos sobre la salud o el medio ambiente, a pesar de los niveles de
protección adoptados (leyes), que deben ser modificados frente a las evidencias científicas encontradas
por los investigadores, las cuales evolucionan. ¡Recordemos el tabaco, de uso y hábito social muy
extendido hace apenas unas pocas decenas de ańos y ahora contraindicado por las autoridades sanitarias
con el “puede matar” en las cajetillas!.

Prof. Dra. M Jesús Azanza,
Catedrática de Biología Celular y Magnetobiología,
Laboratorio de Magnetobiología,
Facultad de Medicina, Universidad de Zaragoza
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Centro de Tecnología Biomédica (Universidad Politécnica de Madrid).
Prof. Dr. Agustín del Moral, FInsP (Londres).
Catedrático de Física de Materia Condensada,
Director del Laboratorio de Magnetismo y de Campos Magnéticos Intensos,
Departamento de Física de Materia Condensada y CSIC (ICMA).
Universidad de Zaragoza
(Premio Espańol de Magnetismo “Salvador Velayos”, 2008).

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