Definitivamente la radiación del teléfono móvil no es seguraClaudio J. Gómez-Perretta
Investigador en Salud Pública
Esta ha sido la conclusión del proyecto europeo Reflex, tras 43 meses de
trabajo
de investigación coordinado; 11 laboratorios en marcha y algo más de tres
millones de euros gastados. De esta manera sostiene que la radiación del móvil,
por debajo de límite de seguridad actual, de 2 Watios/Kilogramo produce dańo en
el genoma de células vivas humanas en cultivo. Para los entendidos, roturas de
los dobles y sencillos enlaces del ADN e incluso con solo 1,5 W/K promueve la
aparición de oncogenes en células deficientes del gen protector de tumores
p-53, genes anómalos pro-cancerígenos y producidos por la acción directa de
estas radiaciones. Que lástima¡ cuanto tiempo perdido discutiendo inútilmente
lo que hace casi diez ańos había demostrado Heny Lai en el estado de
Washington. Sus resultados, publicados en varias revistas de primera fila
fueron combatidos con denuedo por la industria, incluso realizaron trabajos a
modo de réplica que quiero pensar no fueron premeditadamente manipulados. De
hecho Lai criticaba públicamente y con enorme aspereza la metodología empleada
por Roti-Roti, investigador que comparte habitualmente cartel con científicos a
sueldo de Motorola como el Dr. Swicord, antiguo miembro destacado de la
“Federal Drug Administration” o más conocida FDA.
Para que seguir con tecnicismos, al fin y al cabo este es un artículo de
opinión
que solo pretende informar y aconsejar a los usuarios del móvil que en la
medida de lo posible utilicen el teléfono convencional, el de los hilos hasta
que la industria recoja el testigo de los científicos y se apresure a diseńar
celulares seguros, si esto es posible algún día, esperemos que sí.
Otro aspecto que aparece en las conclusiones de este proyecto hace mención a
las
radiaciones electromagnéticas de muy bajas frecuencias, aquellas que provienen
de la corriente eléctrica. De todos es conocida la polémica sobre el posible
efecto de estos campos electromagnéticos tan ubicuos e incesantes, que nos
acompańan de día, frente al televisor o el ordenador, o durante la noche si
dormimos junto a un radio-despertador conectado a la corriente eléctrica. Pues
bien, este informe apoyaría la hipótesis que asocia estas radiaciones desde
hace más de una década, sobretodo con leucemias en nińos y a niveles tan bajos
como 0.35 microteslas de densidad de flujo magnético. Este nivel se encuentra a
menos de 50 centímetros de una nevera, de un ordenador, de un
radio-despertador, de una pantalla de videojuegos o a unos 50 metros de una
línea de 440 voltios de alta tensión: atención con el establecimiento de nuevas
distancias de seguridad para electrodomésticos y líneas de transporte y
distribución de la electricidad si queremos frenar en parte, el lento pero
constante incremento anual de las leucemias en los nińos.
Creo al final, como dice REFLEX que la colaboración de todos es fundamental,
una
industria más “open mind”, científicos independientes y una sociedad menos
manipulable o más madura, que sea capaz de abstenerse ante cualquier dudad
relevante.