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UN PROFESOR DE EDUCACIí“N FINLANDÉS ADVIERTE QUE LA UTILIZACIí“N DE LA TECNOLOGí A INALÁMBRICA EN LAS ESCUELAS PUEDE CONDUCIR A UNA EPIDEMIA GLOBAL DE DAí‘OS CEREBRALES:

Sábado 19 de diciembre de 2015 · 2468 lecturas



UN PROFESOR DE EDUCACIí“N FINLANDÉS ADVIERTE QUE LA UTILIZACIí“N DE LA TECNOLOGÍA INALÁMBRICA EN LAS ESCUELAS PUEDE CONDUCIR A UNA EPIDEMIA GLOBAL DE DAí‘OS CEREBRALES:
La revista EMFacts Consultancy, que fue fundada en 1994 por el Doctor Don Maisch, ha publicado las advertencias realizadas a Agenta Jonsson (entrevista en el Canal de TV de Finlandia) por Rainer Nyberg, profesor de educación finlandés, sobre la posibilidad de que el uso de tecnologí­as inalámbricas en las Escuelas pueda producir una epidemia generalizada de daños cerebrales. En ese sentido señala que se debe proteger a los niños y a los jóvenes frente a estas emisiones más de lo que se está haciendo actualmente.
El profesor Rainer Nyberg cambió su opinión acerca de la tecnologí­a inalámbrica en marzo de 2013. Hasta ese momento él habí­a estado dando conferencias en Finlandia y Suecia durante muchos años y habí­a escrito libros sobre los usos y beneficios del aprendizaje en lí­nea. En la entrevista citada explica cómo se enteró de los riesgos para la salud directamente relacionados con las emisiones inalámbricas de las nuevas tecnologí­as, sobre las que él habí­a asumido inicialmente que sólo tendrí­an efectos positivos.
El profesor Rainer Nyberg era una persona con un profundo interés en las nuevas tecnologí­as. Como profesor de la Facultad de Educación promovió proyectos de aprendizaje a través de las nuevas tecnologí­as y publicó varios libros: uno sobre cómo enseñar utilizando la educación en lí­nea y otro que era una Guí­a de Investigación sobre cómo utilizar internet para buscar información cientí­fica. Durante mucho tiempo apreció los beneficios de las nuevas tecnologí­as sin tener en cuenta sus aspectos dañinos.
Mientras trabajaba intensamente en la redacción de su quinta edición de la Guí­a de Investigación citada, para lo que usaba un teclado y un ratón inalámbricos, se fijó en que empezó a tener una sensación de hormigueo en los dedos, lo que le llevó a investigar sobre los posibles efectos sobre la salud de las ondas electromagnéticas.
El profesor Rainer Nyberg se quedó totalmente sorprendido de lo que descubrió en 2013 utilizando sus propias habilidades para buscar información sobre cualquier tema en internet. Lo primero que le causó una gran impresión fue ver cómo en 2011, los Estados miembros del Consejo de Europa habí­an hecho una advertencia muy seria sobre los peligros de la tecnologí­a móvil e inalámbrica, con especial insistencia en la protección a los niños, por ser su cráneo más delicado y estar en proceso de desarrollo. La advertencia del Consejo de Europa, que se basaba en datos cientí­ficos, instaba a hacer algo ya, pues de lo contrario se podrí­an producir efectos económicos y humanos devastadores.
Posteriormente continuó estudiando diversos informes, entre los que destaca el Bioinitiative de 2012, que incluí­a la revisión de 1.800 estudios realizados. Los cientí­ficos llegaron a la conclusión de que si so se hací­a algo ya, pronto se podrí­a ver una epidemia global de daño cerebral.
A partir de estas indagaciones el profesor Rainer Nyberg tomó conciencia sobre los peligros que la tecnologí­a que él habí­a estado apoyando en sus libros y conferencias podí­a tener en millones de personas. Empezó a entender el motivo por el que el cerebro humano es especialmente sensible a estas radiaciones y al hecho de que cuando alguien se expone a un teléfono celular u otra radiación inalámbrica, las paredes de los vasos sanguí­neos comienzan a desprender lí­quido. Una proteí­na de la sangre (albúmina) también puede filtrarse a las células del cerebro y tiene el potencial para matar a las células nerviosas. Esto se ha demostrado en los informes de investigación de Suecia publicados por los profesores Bertil Persson y Leif Salford en Lund. Ellos estudiaron los efectos de la radiación de los móviles activos en las cercanías de una caja donde las ratas corrí­an libremente. Encontraron que incluso la radiación débil causaba daño a los vasos sanguí­neos y las células cerebrales en las ratas (después de sólo 2 horas de exposición). Entonces se imaginaba lo que les podí­a suceder a los niños y adultos que tienen teléfonos móviles cerca de sus oí­dos y cerebros durante varias horas cada semana.
Actualmente el profesor Rainer Nyberg da conferencias sobre las consecuencias para la salud de permanecer demasiado tiempo en entornos inalámbricos. En su vida personal ha reducido drásticamente el tiempo en el que se expone a las radiaciones de su móvil y utiliza en su casa internet y un teclado y un ratón con cable. También ha sustituido el teléfono DECT inalámbrico por un teléfono con cable tradicional y evita los lugares con altos niveles de radiación electromagnética.
Comenta el profesor en la entrevista que en los aviones no se permite utilizar los teléfonos móviles, ya que podrí­a interferir con los equipos electrónicos a bordo. Sin embargo, la mayorí­a de la gente todaví­a piensa que un teléfono celular no puede hacer daño al cerebro, que es mucho más complejo que un avión y funciona con impulsos eléctricos mucho más débiles. Su recomendación es que vale la pena usar la conectividad por cable tradicional, debiéndose usar únicamente las redes inalámbricas cuando no se disponga de otra opción.
Es mucho mejor usar internet por cable siempre que sea posible, lo que no ocurre en los casos de teléfonos móviles, tabletas e iPads, ya que sólo funcionan con redes inalámbricas. Toda la comunicación digital utiliza frecuencias altas. Es verdad que las tabletas no se ponen en el oí­do, pero los escolares pueden sentarse con ellas en su regazo. Los niños y las personas mayores mantienen a menudo su teléfono móvil en sus bolsillos. La investigación muestra también que los espermatozoides mueren a causa de dicha exposición, y los que sobreviven son de menor calidad.
Comenta que en uno de los experimentos realizados por Alfonso Balmori (biólogo miembro de la Asociación Vallisoletana de Afectados por Antenas de Telefonía Móvil), este encontró una marcada diferencia entre dos contenedores de renacuajos colocado 140 metros de una antena de telecomunicaciones. Un contenedor estaba protegido por una jaula de Faraday. En ese contenedor sólo el 4% de los renacuajos murió al cabo de un tiempo, frente al 90% de los renacuajos que estaban en el que no tenía protección, encontrándose además deformidades entre el 10% restante. No es por ello de extrañar que los espermatozoides mueran o se dañen si llevas un teléfono móvil en el bolsillo del pantalón. Los resultados de diversos estudios cientí­ficos en personas y animales muestran que también se ven afectados negativamente por las antenas de telecomunicaciones. Y todo esto no solo ocurre respecto de enfermedades como el cáncer, sino sobre otro tipo de alteraciones.
Hay muchos tipos diferentes de daño. Es por eso que es tan importante para proteger a los niños no instalar redes inalámbricas ni utilizar iPads en las escuelas. El peor escenario es cuando muchas tabletas están en uso al mismo tiempo y en la misma habitación, como en las escuelas, ya que continuamente buscan conectarse a la misma wifi-módem. Es como si cada iPad está gritando al mismo tiempo hacia el módem y la contaminación electromagnética es mucho mayor. Pero ¿cómo van a entender estos los niños si no lo saben los profesores?

Sitio web: Rainer Nyberg http://users.abo.fi/nrnyberg/ (sueco-finlandés-Inglés)
Hí¤lsa Forskning om, trí¥dlí¶s pedagogik och teknik (Investigación sobre la salud, la tecnologí­a inalámbrica y la pedagogí­a).

Ver la información original y la entrevista AQUÍ

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