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La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprueba la Resolución "Peligros potenciales de los campos electromagnéticos y su efecto en el medio ambiente"

Viernes 27 de mayo de 2011 · 58620 lecturas

Ha sido aprobada la resolución "Peligros potenciales de los campos electromagnéticos y su efecto en el medio ambiente" en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa" en su sesión de 27 de mayo de 2011.


Castellano

Resolución 1815 1

Peligros potenciales de los campos electromagnéticos y sus efectos sobreel medio ambiente

Versión en castellano de la APDR para la Plataforma Estatal Contra La Contaminación Electromagnética del original en francés.

1. Texto adoptado por la Comisión Permanente, actuando en nombre de la Asamblea, el 27 de mayo de 2011 (veáse el Doc. 12608, informe de la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Asuntos Territoriales, ponente: M. Huss).

1. La Asamblea Parlamentaria ha subrayado repetidamente la importancia del compromiso de los Estados a preservar el medio ambiente y la salud ambiental, según lo establecido en las cartas muchas, convenios, declaraciones y protocolos desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano y la Declaración de Estocolmo (Estocolmo, 1972). La Asamblea se refiere a su trabajo anterior en este campo, a saber, la Recomendación una mil ochocientas sesenta y tres (2.009) sobre el medio ambiente y la salud, la Recomendación 1 mil novecientas cuarenta y siete (2.01 mil) y la luz sobre la contaminación acústica y, en general, la Recomendación 1,885 (2,009 mil) en la redacción de un protocolo adicional a la Unión Europea Convención sobre los Derechos Humanos sobre el derecho a un medio ambiente sano y la Recomendación 1.430 (1.999) sobre el acceso a la información, participación pública en la toma de decisiones y el acceso a la justicia – la aplicación del Convenio de Aarhus.

2. Los efectos potenciales a la salud de la muy baja frecuencia de los campos electromagnéticos que rodean las líneas eléctricas y dispositivos eléctricos son el objeto de la investigación en curso y una cantidad importante de debate público.Según la Organización Mundial de la Salud, los campos electromagnéticos de todas las frecuencias constituyen una de las más comunes y de mayor crecimiento las influencias ambientales, sobre la que la ansiedad y la especulación se están extendiendo. Todas las poblaciones están expuestas a diversos grados de a los campos electromagnéticos, los niveles de que seguirá aumentando a medida que avanza la tecnología.

3. La telefonía móvil se ha convertido en algo común en todo el mundo. Esta tecnología inalámbrica se basa en una amplia red de antenas fijas o estaciones de base que transmiten información mediante seńales de radiofrecuencia. Más de 1,4 millones de estaciones de base en todo el mundo y la cifra está aumentando de forma significativa con la introducción de la tecnología de tercera generación. Otras redes inalámbricas que permiten el acceso a Internet de alta velocidad y servicios, tales como redes inalámbricas de área local, también son cada vez más común en los hogares, oficinas y muchos lugares públicos (aeropuertos, escuelas y zonas residenciales y urbanas). Como el número de estaciones base y redes inalámbricas locales aumenta, también lo hace la exposición a la radiofrecuencia de la población.

4. Mientras que los campos eléctricos y electromagnéticos en ciertas bandas de frecuencia tienen efectos beneficiosos total que se aplican en la medicina, otras frecuencias no ionizantes, ya sean de origen de las frecuencias extremadamente bajas, líneas eléctricas o de determinadas ondas de alta frecuencia utilizados en los campos de los radares, las telecomunicaciones y móviles telefonía, parecen tener más o menos potencialmente dańinos, no térmicos, los efectos biológicos de las plantas, insectos y animales, así como el cuerpo humano, incluso cuando está expuesto a niveles que están por debajo de los valores umbral oficial.

5. En cuanto a las normas o los valores límite para las emisiones de campos electromagnéticos de todo tipo y frecuencias, la Asamblea recomienda que el principio ALARA o “tan bajo como sea razonablemente posible” se aplica, que abarca tanto los efectos térmicos los llamados y los efectos atérmicos o biológico de emisiones electromagnéticas o radiación. Por otra parte, el principio de precaución debe aplicarse cuando la evaluación científica no permite el riesgo de que se determine con certeza suficiente, especialmente teniendo en cuenta el contexto de la creciente exposición de la población, incluidos los grupos especialmente vulnerables como los jóvenes y nińos, que podrían conducir a muy altos costos humanos y económicos de la inacción, si se descuidan las alertas tempranas.

6. La Asamblea lamenta que, pese a los llamamientos por el respeto del principio de precaución y pese a todas las recomendaciones , declaraciones y una serie de avances legislativos y reglamentarios, todavía hay una falta de reacción a conocidos o nuevos y riesgos para la salud del medio ambiente y sistemáticas demoras en casi adoptar y aplicar medidas preventivas eficaces. Esperando a los altos niveles de clínicas y pruebas científicas antes de tomar medidas para prevenir los riesgos conocidos y puede conducir a la salud muy altos y los costos económicos, como fue el caso con el amianto, gasolina con plomo y el tabaco.

7. Por otra parte, la Asamblea seńala que el problema de los campos electromagnéticos y ondas y las posibles consecuencias para el medio ambiente y la salud tiene un claro paralelismo con otras cuestiones de actualidad, tales como la concesión de licencias de medicamentos, productos químicos, pesticidas, metales pesados ​​u organismos genéticamente modificados. Por lo tanto, pone de relieve que la cuestión de la independencia y la credibilidad del acervo científico es crucial para llevar a cabo una evaluación transparente y equilibrado de los posibles impactos negativos sobre el medio ambiente y la salud humana.

8. A la luz de las consideraciones anteriores, la Asamblea recomienda que los Estados miembros del Consejo de Europa:

8.1. en términos generales:

8.1.1. tomar todas las medidas razonables para reducir la exposición a campos electromagnéticos, especialmente a las frecuencias de radio de los teléfonos móviles, y en particular la exposición de los nińos y jóvenes que parecen estar en mayor riesgo de tumores de la cabeza;

8.1.2. reconsiderar la base científica para la presente exposición de campos electromagnéticos normas establecidas por la Comisión Internacional de Radiación No Ionizante Protección, que tienen serias limitaciones y aplicar “tan bajo como sea razonablemente posible” (ALARA), los principios, que abarca tanto los efectos térmicos y atérmicos o biológicos efectos de las emisiones electromagnéticas o radiación;

8.1.3. poner en lugar de información y campańas de sensibilización sobre los riesgos de efectos biológicos potencialmente nocivos a largo plazo sobre el medio ambiente y la salud humana, especialmente dirigidos a los nińos, adolescentes y jóvenes en edad reproductiva;

8.1.4. prestar especial atención a “electrosensibles” personas que sufren de un síndrome de intolerancia a los campos electromagnéticos y que establezca medidas especiales para protegerlos, incluida la creación de zonas libres de onda que no estén cubiertos por la red inalámbrica;

8.1.5. con el fin de reducir costes, ahorrar energía y proteger el medio ambiente y la salud humana, intensificar la investigación sobre nuevos tipos de antenas y telefonía móvil y diciembre T tipo devi- c es, y fomentar la investigación para el desarrollo de las telecomunicaciones basadas en otras tecnologías que son sólo tan eficientes pero tienen menos efectos negativos sobre el medio ambiente y la salud;

8.2. relativas a la utilización privada de los teléfonos móviles, teléfonos DECT, WiFi, WLAN y WiMAX para los ordenadores y otros dispositivos inalámbricos tales como teléfonos bebé:

8.2.1. establecer umbrales de prevención para los niveles de exposición a largo plazo a las microondas en todas las áreas de interior, de conformidad con el principio de precaución, no superior a 0,6 voltios por metro, y en el mediano plazo para reducir a 0,2 voltios por metro;

8.2.2. realizar los procedimientos adecuados de evaluación del riesgo para todos los nuevos tipos de dispositivos antes de la concesión de licencias;

8.2.3. introducir un etiquetado claro que indique la presencia de las microondas o campos electromagnéticos, la potencia de transmisión o la tasa de absorción específica (SAR) del dispositivo y los riesgos de salud relacionados con su uso;

8.2.4. aumentar la conciencia sobre los riesgos potenciales para la salud de los teléfonos inalámbricos DECT de tipo, monitores para bebés y otros aparatos domésticos que emiten ondas de pulso continuo, si todos los equipos eléctricos se deja permanentemente en estado de alerta, y recomendar el uso de cable, telefonía fija en casa o, en su defecto , modelos que no permanentemente emiten ondas de pulso;

8.3. relativa a la protección de los nińos:

8.3.1. se desarrollan dentro de los diferentes ministerios (educación, medio ambiente y la salud) campańas de información específicas dirigidas a los profesores, padres y nińos para alertarlos sobre los riesgos específicos de uso temprano, imprudente y prolongado de los teléfonos móviles y otros dispositivos que emiten microondas;

8.3.2. para los nińos en general, y particularmente en las escuelas y las aulas, dar preferencia a las conexiones a Internet por cable, y regular estrictamente el uso de teléfonos móviles por los escolares en las instalaciones de la escuela;

8.4. relativas a la planificación de las líneas de energía eléctrica y estaciones de relé de antena de base:

8.4.1. introducir medidas de planificación urbana para mantener las líneas de alta tensión y otras instalaciones eléctricas a una distancia segura de las viviendas;

8.4.2. aplicar normas estrictas de seguridad para sistemas de sonido eléctrico en viviendas nuevas;

8.4.3. reducir los valores límite para las antenas de retransmisión de conformidad con el principio ALARA e instalar sistemas de seguimiento exhaustivo y continuo de todas las antenas;

8.4.4. determinar los sitios de cualquier nuevo GSM, UMTS, WiFi o WiMAX antenas no únicamente en función de los intereses de los operadores, pero en consulta con funcionarios gubernamentales locales y regionales, los residentes locales y las asociaciones de ciudadanos;

8.5. relativa a la evaluación de riesgos y precauciones:

8.5.1. hacer de la prevención de evaluación de riesgos más orientado;

8.5.2. mejorar las normas de evaluación de riesgos y la calidad mediante la creación de una escala de riesgo normal, por lo que la indicación del nivel de riesgo obligatorias, puesta en marcha una serie de hipótesis de riesgo y teniendo en cuenta la compatibilidad con las condiciones de la vida real;

8.5.3. prestar atención y protección a “alerta temprana”, los científicos;

8.5.4. formular una definición de los derechos humanos orientada a los principios de precaución y ALARA;

8.5.5. aumentar la financiación pública de la investigación independiente, entre otras cosas a través de donaciones de la industria y la imposición de los productos que son objeto de estudios de investigación pública para evaluar riesgos para la salud;

8.5.6. crear comisiones independientes para la asignación de fondos públicos;

8.5.7. que la transparencia de los grupos de presión obligatoria;

8.5.8. promover el pluralismo y el debate contradictorio entre todas las partes interesadas, incluida la sociedad civil (Convenio de Aarhus).

Nota del traductor: La presente Resolución propone rebajar, hasta casi 1.000 veces, los límites legales de exposición ya que la legislación estatal espańola actualmente no llega a discernir entre exposición
interior/exterior de los edificios o viviendas, así como no contempla los efectos no térmicos y a largo plazo.

Consejo de Europa: Resolución 1815 (2011) - Peligros potenciales de los campos electromagnéticos y su efecto en el medio ambiente

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Texto en Inglés

27/05/2011

Standing Committee

PACE calls on governments to ‘take all reasonable measures’ to reduce exposure to electromagnetic fields

The Parliamentary Assembly of the Council of Europe (PACE), meeting in Kyiv at Standing Committee level, today called on European governments to “take all reasonable measures” to reduce exposure to electromagnetic fields, especially to radio frequencies from mobile phones, “and particularly the exposure to children and young people who seem to be most at risk from head tumours”.

According to parliamentarians, governments should "for children in general, and particularly in schools and classrooms, give preference to wired Internet connections, and strictly regulate the use of mobile phones by schoolchildren on school premises”, and put in place information and awareness-raising campaigns on the risks of potentially harmful long-term biological effects on the environment and on human health, especially “targeting children, teenagers and young people of reproductive age”.

Following the proposals of the rapporteur (Jean Huss, Luxembourg, SOC), the Assembly called on governments to provide information on potential health risks of DECT-type wireless telephones, baby monitors and other domestic appliances which emit continuous pulse waves, if all electrical equipment is left permanently on standby. They should, instead, recommend “the use of wired, fixed telephones at home or, failing that, models which do not permanently emit pulse waves”.

Governments should “reconsider the scientific basis for the present electromagnetic fields exposure standards set by the International Commission on Non-Ionising Radiation Protection, “which have serious limitations” and apply as low as reasonably achievable (ALARA) principles.

The adopted resolution underlines the fact that “the precautionary principle should be applicable when scientific evaluation does not allow the risk to be determined with sufficient certainty” and stresses that “the issue of independence and credibility of scientific expertise is crucial” to achieve a transparent and balanced assessment of potential negative impacts on the environment and human health.

The potential dangers of electromagnetic fields and their effect on the environment

Resolution 1815 (2011) 1

1 Text adopted by the Standing Committee, acting on behalf of the Assembly, on 27 May 2011 (see Doc. 12608, report of the Committee on the Environment, Agriculture and Local and Regional Affairs, rapporteur: Mr Huss).

1. The Parliamentary Assembly has repeatedly stressed the importance of states’ commitment to preserving the environment and environmental health, as set out in many charters, conventions, declarations and protocols since the United Nations Conference on the Human Environment and the Stockholm Declaration (Stockholm, 1972). The Assembly refers to its past work in this field, namely Recommendation 1863 (2009) on environment and health, Recommendation 1947 (2010) on noise and light pollution, and more generally, Recommendation 1885 (2009) on drafting an additional protocol to the European Convention on Human Rights concerning the right to a healthy environment and Recommendation 1430 (1999) on access to information, public participation in environmental decision-making and access to justice - implementation of the Aarhus Convention.

2. The potential health effects of the very low frequency of electromagnetic fields surrounding power lines and electrical devices are the subject of ongoing research and a significant amount of public debate. According to the World Health Organisation, electromagnetic fields of all frequencies represent one of the most common and fastest growing environmental influences, about which anxiety and speculation are spreading. All populations are now exposed to varying degrees of to electromagnetic fields, the levels of which will continue to increase as technology advances.

3. Mobile telephony has become commonplace around the world. This wireless technology relies upon an extensive network of fixed antennas, or base stations, relaying information with radio frequency signals. Over 1.4 million base stations exist worldwide and the number is increasing significantly with the introduction of third generation technology. Other wireless networks that allow high-speed internet access and services, such as wireless local area networks, are also increasingly common in homes, offices and many public areas (airports, schools, residential and urban areas). As the number of base stations and local wireless networks increases, so does the radio frequency exposure of the population.

4. While electrical and electromagnetic fields in certain frequency bands have wholly beneficial effects which are applied in medicine, other non-ionising frequencies, be they sourced from extremely low frequencies, power lines or certain high frequency waves used in the fields of radar, telecommunications and mobile telephony, appear to have more or less potentially harmful, non-thermal, biological effects on plants, insects and animals as well as the human body even when exposed to levels that are below the official threshold values.

5. As regards standards or threshold values for emissions of electromagnetic fields of all types and frequencies, the Assembly recommends that the ALARA or “as low as reasonably achievable” principle is applied, covering both the so-called thermal effects and the athermic or biological effects of electromagnetic emissions or radiation. Moreover, the precautionary principle should be applicable when scientific evaluation does not allow the risk to be determined with sufficient certainty, especially given the context of growing exposure of the population, including particularly vulnerable groups such as young people and children, which could lead to extremely high human and economic costs of inaction if early warnings are neglected.

6. The Assembly regrets that, despite calls for the respect of the precautionary principle and despite all the recommendations, declarations and a number of statutory and legislative advances, there is still a lack of reaction to known or emerging environmental and health risks and virtually systematic delays in adopting and implementing effective preventive measures. Waiting for high levels of scientific and clinical proof before taking action to prevent well-known risks can lead to very high health and economic costs, as was the case with asbestos, leaded petrol and tobacco.

7. Moreover, the Assembly notes that the problem of electromagnetic fields or waves and the potential consequences for the environment and health has clear parallels with other current issues, such as the licensing of medication, chemicals, pesticides, heavy metals or genetically modified organisms. It therefore highlights that the issue of independence and credibility of scientific expertise is crucial to accomplish a transparent and balanced assessment of potential negative impacts on the environment and human health.

8. In light of the above considerations, the Assembly recommends that the member states of the Council of Europe:

8.1. in general terms:

8.1.1. take all reasonable measures to reduce exposure to electromagnetic fields, especially to radio frequencies from mobile phones, and particularly the exposure to children and young people who seem to be most at risk from head tumours;

8.1.2. reconsider the scientific basis for the present electromagnetic fields exposure standards set by the International Commission on Non-Ionising Radiation Protection, which have serious limitations and apply “as low as reasonably achievable” (ALARA) principles, covering both thermal effects and the athermic or biological effects of electromagnetic emissions or radiation;

8.1.3. put in place information and awareness-raising campaigns on the risks of potentially harmful long-term biological effects on the environment and on human health, especially targeting children, teenagers and young people of reproductive age;

8.1.4. pay particular attention to “electrosensitive” persons suffering from a syndrome of intolerance to electromagnetic fields and introduce special measures to protect them, including the creation of wave-free areas not covered by the wireless network;

8.1.5. in order to reduce costs, save energy, and protect the environment and human health, step up research on new types of antennas and mobile phone and DECT-type devices, and encourage research to develop telecommunication based on other technologies which are just as efficient but have less negative effects on the environment and health;

8.2. concerning the private use of mobile phones, DECT phones, WiFi, WLAN and WIMAX for computers and other wireless devices such as baby phones:

8.2.1. set preventive thresholds for levels of long-term exposure to microwaves in all indoor areas, in accordance with the precautionary principle, not exceeding 0.6 volts per metre, and in the medium term to reduce it to 0.2 volts per metre;

8.2.2. undertake appropriate risk-assessment procedures for all new types of device prior to licensing;

8.2.3. introduce clear labelling indicating the presence of microwaves or electromagnetic fields, the transmitting power or the specific absorption rate (SAR) of the device and any health risks connected with its use;

8.2.4. raise awareness on potential health risks of DECT-type wireless telephones, baby monitors and other domestic appliances which emit continuous pulse waves, if all electrical equipment is left permanently on standby, and recommend the use of wired, fixed telephones at home or, failing that, models which do not permanently emit pulse waves;

8.3. concerning the protection of children:

8.3.1. develop within different ministries (education, environment and health) targeted information campaigns aimed at teachers, parents and children to alert them to the specific risks of early, ill-considered and prolonged use of mobiles and other devices emitting microwaves;

8.3.2. for children in general, and particularly in schools and classrooms, give preference to wired Internet connections, and strictly regulate the use of mobile phones by schoolchildren on school premises;

8.4. concerning the planning of electric power lines and relay antenna base stations:

8.4.1. introduce town planning measures to keep high-voltage power lines and other electric installations at a safe distance from dwellings;

8.4.2. apply strict safety standards for sound electric systems in new dwellings;

8.4.3. reduce threshold values for relay antennas in accordance with the ALARA principle and install systems for comprehensive and continuous monitoring of all antennas;

8.4.4. determine the sites of any new GSM, UMTS, WiFi or WIMAX antennas not solely according to the operators’ interests but in consultation with local and regional government officials, local residents and associations of concerned citizens;

8.5. concerning risk assessment and precautions:

8.5.1. make risk assessment more prevention oriented;

8.5.2. improve risk-assessment standards and quality by creating a standard risk scale, making the indication of the risk level mandatory, commissioning several risk hypotheses and considering compatibility with real life conditions;

8.5.3. pay heed to and protect “early warning” scientists;

8.5.4. formulate a human rights oriented definition of the precautionary and ALARA principles;

8.5.5. increase public funding of independent research, inter alia through grants from industry and taxation of products which are the subject of public research studies to evaluate health risks;

8.5.6. create independent commissions for the allocation of public funds;

8.5.7. make the transparency of lobby groups mandatory;

8.5.8. promote pluralist and contradictory debates between all stakeholders, including civil society (Aarhus Convention).

Fuente: http://www.assembly.coe.int/Mainf.asp?link=/Documents/AdoptedText/ta11/ERES1815.htm

Council of europe: Resolution 1815(2011) - The potential dangers of electroma gnetic fields and their effect on the environment

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Texto en francés

Résolution 1815 (2011) 1

Le danger potentiel des champs électromagnétiques et leur effet sur l’environnement

1 . Texte adopté par la Commission permanente, agissant au nom de l’Assemblée, le 27 mai 2011 (voir Doc. 12608, rapport de la commission de l’environnement, de l’agriculture et des questions territoriales, rapporteur: M. Huss).

1. L’Assemblée parlementaire a souligné à maintes reprises l’importance de l’engagement des Etats en faveur de l’environnement et de la santé environnementale telle qu’exposée dans de nombreuses chartes, conventions, déclarations et protocoles depuis la Conférence des Nations Unies sur l’environnement humain et la Déclaration de Stockholm (Stockholm, 1972). L’Assemblée renvoie à ses travaux antérieurs dans ce domaine, notamment à la Recommandation 1863 (2009) «Environnement et santé: mieux prévenir les risques sanitaires liés à l’environnement», la Recommandation 1947 (2010) sur la pollution sonore et lumineuse, et, plus généralement, la Recommandation 1885 (2009) «Elaboration d’un protocole additionnel à la Convention européenne des droits de l’homme relatif au droit à un environnement sain» et la Recommandation 1430 (1999) relative à l’accès à l’information, à la participation du public au processus décisionnel et à l’accès à la justice en matière d’environnement (mise en œuvre de la Convention d’Ǻrhus).

2. Les effets potentiels sur la santé des champs magnétiques de très basse fréquence entourant les lignes et appareils électriques font l’objet de recherches et suscitent de nombreux débats publics. Selon l’Organisation mondiale de la santé, les champs électromagnétiques de toute la gamme des fréquences sont de plus en plus présents et influencent de plus en plus notre environnement, suscitant des inquiétudes et des spéculations croissantes. Tout le monde est aujourd’hui exposé à des degrés divers à des champs électromagnétiques dont les niveaux vont continuer d’augmenter avec les progrès de la technologie.

3. Le téléphone portable est maintenant répandu dans le monde entier. La technologie sans fil repose sur un réseau dense d’antennes fixes ou de stations de base qui relaient l’information sous forme de signaux radiofréquence. Il y a plus de 1,4 million de stations de base dans le monde et leur nombre augmente sensiblement avec l’introduction des technologies de troisième génération. D’autres réseaux sans fil permettant l’accès à grande vitesse à l’internet et à d’autres services, comme les réseaux locaux sans fils, sont aussi de plus en plus répandus dans les habitations, les bureaux et de nombreux lieux publics (aéroports, écoles, zones résidentielles et urbaines). Avec le nombre de stations de base et de réseaux locaux sans fil, c’est aussi l’exposition de la population aux radiofréquences qui augmente.

4. Si les champs électriques et électromagnétiques de certaines bandes de fréquence ont des effets tout à fait bénéfiques, qui sont utilisés en médecine, d’autres fréquences non ionisantes, que ce soient les extrêmement basses fréquences, les lignes électriques ou certaines ondes à haute fréquence utilisées dans le domaine des radars, de la télécommunication et de la téléphonie mobile, semblent avoir des effets biologiques non thermiques potentiels plus ou moins nocifs sur les plantes, les insectes et les animaux, ainsi que sur l’organisme humain, même en cas d’exposition à des niveaux inférieurs aux seuils officiels.

5. Concernant les normes ou les seuils relatifs aux émissions des champs électromagnétiques de tout type et de toute fréquence, l’Assemblée préconise l’application du principe «ALARA» (as low as reasonably achievable), c’est-à-dire du niveau le plus bas qu’il soit raisonnablement possible d’atteindre, prenant en compte non seulement les effets dits thermiques, mais aussi les effets athermiques ou biologiques des émissions ou rayonnements de champs électromagnétiques. De plus, le principe de précaution devrait s’appliquer lorsque l’évaluation scientifique ne permet pas de déterminer le risque avec suffisamment de certitude. D’autant que, compte tenu de l’exposition croissante des populations – notamment des groupes les plus vulnérables comme les jeunes et les enfants –, le coût économique et humain de l’inaction pourrait être très élevé si les avertissements précoces étaient négligés.

6. L’Assemblée regrette l’absence de réaction face aux risques environnementaux et sanitaires connus ou émergents, et les retards quasi systématiques dans l’adoption et l’application de mesures de prévention efficaces, en dépit des appels à l’application du principe de précaution et de toutes les recommandations, déclarations et nombreuses avancées réglementaires et législatives. Attendre d’avoir des preuves scientifiques et cliniques solides avant d’intervenir pour prévenir des risques bien connus peut entraîner des coûts sanitaires et économiques très élevés, comme dans les cas de l’amiante, de l’essence au plomb et du tabac.

7. De plus, l’Assemblée constate que le problème des champs ou ondes électromagnétiques et leurs conséquences possibles sur l’environnement et la santé est évidemment comparable à d’autres problèmes actuels, comme celui de l’autorisation de la mise sur le marché des médicaments, des produits chimiques, des pesticides, des métaux lourds ou des organismes génétiquement modifiés. Elle insiste donc sur l’importance cruciale de l’indépendance et de la crédibilité des expertises scientifiques pour obtenir une évaluation transparente et objective des effets nocifs potentiels sur l’environnement et la santé humaine.

8. Compte tenu de ce qui précède, l’Assemblée recommande aux Etats membres du Conseil de l’Europe:

8.1. de manière générale:

8.1.1. de prendre toutes les mesures raisonnables pour réduire l’exposition aux champs électromagnétiques, notamment aux radiofréquences émises par les téléphones portables, et tout particulièrement l’exposition des enfants et des jeunes pour qui les risques de tumeurs de la tête semblent les plus élevés;

8.1.2. de revoir les fondements scientifiques des normes actuelles d’exposition aux champs électromagnétiques fixées par la Commission internationale pour la protection contre les rayonnements non ionisants (International Commission on Non-Ionising Radiation Protection), qui présentent de graves faiblesses, et d’appliquer le principe «ALARA», à la fois pour ce qui est des effets thermiques et des effets athermiques ou biologiques des émissions ou rayonnements électromagnétiques;

8.1.3. de mettre en place des campagnes d’information et de sensibilisation aux risques d’effets biologiques potentiellement nocifs à long terme pour l’environnement et la santé humaine, en particulier à destination des enfants, des adolescents et des jeunes en âge de procréer;

8.1.4. de porter une attention particulière aux personnes «électrosensibles» atteintes du syndrome d’intolérance aux champs électromagnétiques et de prendre des mesures spéciales pour les protéger, en créant par exemple des «zones blanches» non couvertes par les réseaux sans fil;

8.1.5. dans le but de réduire les coûts, d’économiser de l’énergie et de protéger l’environnement et la santé humaine, d’accroître les efforts de recherche sur de nouveaux types d’antennes, de téléphones portables et d’appareils de type DECT, et d’encourager la recherche et le développement de télécommunications fondées sur d’autres technologies tout aussi efficaces, mais ayant un effet moins nocif sur l’environnement et la santé;

8.2. s’agissant de l’utilisation individuelle du téléphone portable, du téléphone sans fil DECT, du Wi-Fi, du WLAN et du WIMAX pour les ordinateurs et autres applications sans fil, par exemple les interphones pour la surveillance des bébés:

8.2.1. de fixer un seuil de prévention pour les niveaux d’exposition à long terme aux micro-ondes en intérieur, conformément au principe de précaution, ne dépassant par 0,6 volt par mètre, et de le ramener à moyen terme à 0,2 volt par mètre;

8.2.2. d’appliquer toutes les procédures nécessaires d’évaluation des risques à tous les nouveaux types d’appareil avant d’autoriser leur commercialisation;

8.2.3. d’instaurer un système d’étiquetage clair signalant la présence de micro-ondes ou de champs électromagnétiques et indiquant la puissance d’émission ou le débit d’absorption spécifique (DAS) de l’appareil, ainsi que les risques pour la santé liés à son utilisation;

8.2.4. d’informer sur les risques potentiels pour la santé des téléphones sans fil de type DECT, des interphones pour la surveillance des bébés et d’autres appareils domestiques qui émettent continuellement des ondes pulsées, si l’ensemble des appareils électriques restent en permanence en veille, et de recommander l’utilisation de téléphones fixes filaires chez soi ou, à défaut, de modèles qui n’émettent pas des ondes pulsées en continu;

8.3. s’agissant de la protection des enfants:

8.3.1. de concevoir, avec différents ministères (Education, Environnement et Santé) des campagnes d’information ciblées destinées aux enseignants, aux parents et aux enfants, pour les mettre en garde contre les risques spécifiques d’une utilisation précoce, inconsidérée et prolongée des téléphones portables et autres appareils émettant des micro-ondes;

8.3.2. de privilégier pour les enfants en général, et plus particulièrement dans les écoles et salles de classe, des systèmes d’accès à l’internet par connexion filaire et de réglementer de façon stricte l’utilisation du portable par les élèves dans l’enceinte de l’école;

8.4. s’agissant de la planification des lignes électriques et des stations de base des antennes-relais:

8.4.1. de prendre des mesures d’urbanisme prescrivant une distance de sécurité à respecter entre les lignes à haute tension et autres installations électriques et les habitations;

8.4.2. d’appliquer des normes de sécurité strictes en ce qui concerne l’impact sanitaire des installations électriques dans les nouveaux logements;

8.4.3. d’abaisser les seuils admissibles pour les antennes-relais, conformément au principe ALARA, et d’installer des systèmes de surveillance globale et continue de toutes les antennes;

8.4.4. de déterminer les lieux d’implantation de toute nouvelle antenne GSM, UMTS, Wi-Fi ou WIMAX non pas en fonction des seuls intérêts des opérateurs, mais en concertation avec les responsables des collectivités territoriales et avec les habitants ou des associations de citoyens concernés;

8.5. s’agissant de l’évaluation des risques et des précautions à prendre:

8.5.1. d’axer davantage l’évaluation des risques sur la prévention;

8.5.2. d’améliorer les critères d’évaluation des risques et la qualité de cette évaluation en créant une échelle standard des risques, en rendant obligatoire l’indication du niveau de risque, en demandant que plusieurs hypothèses de risque soient étudiées et en tenant compte de la compatibilité avec les conditions de la vie «réelle»;

8.5.3. d’écouter et de protéger les scientifiques qui donnent la première alerte;

8.5.4. de formuler une définition du principe de précaution et du principe ALARA axée sur les droits de l’homme;

8.5.5. d’augmenter le financement public de la recherche indépendante, notamment au moyen de dons d’entreprises et de la taxation des produits qui font l’objet d’études publiques d’évaluation des risques sanitaires;

8.5.6. de créer des commissions indépendantes pour l’attribution de fonds publics;

8.5.7. de rendre obligatoire la transparence des groupes de pression;

8.5.8. de promouvoir des débats pluralistes et contradictoires entre toutes les parties prenantes, y compris la société civile (Convention d’Ǻrhus).

Fuente: http://assembly.coe.int/Mainf.asp?link=/Documents/AdoptedText/ta11/FRES1815.htm