MIERES: Antenas en la picota. Una nueva instalación de telefonía móvil en Mieres reabre el debate sobre sus posibles efectos nocivos. Los expertos consideran que «hay pocas dudas sobre que la exposición a campos electromagnéticos es causa de leucemia infantil, de otros cánceres que afectan a niños e incluso de la aparición de enfermedades como el Alzheimer

Antenas en la picota Una nueva instalación de telefonía móvil en Mieres reabre el debate sobre sus posibles efectos nocivos

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Una antena de telefonía móvil en Mieres.

fernando geijo

La instalación de una antena de telefonía móvil en el número 22 de la calle Leopoldo Alas Clarín de Mieres ha hecho saltar las alarmas. Vecinos, trabajadores y centros educativos se han puesto en pie de guerra para evitar su colocación. Todos apelan al informe «Bioinitiative Report», redactado por catorce científicos estadounidenses y europeos. El documento eleva la preocupación sobre los efectos de los campos electromagnéticos en la salud humana y llama la atención sobre la necesidad de disponer de estándares más estrictos de seguridad de la telefonía móvil, de las líneas eléctricas y de otras fuentes de exposición en la vida diaria. Los expertos consideran que «hay pocas dudas sobre que la exposición a campos electromagnéticos es causa de leucemia infantil, de otros cánceres que afectan a nińos e incluso de la aparición de enfermedades como el Alzheimer».

Los mierenses críticos con la colocación de antenas tiran, también, del proyecto «Reflex», financiado por la Unión Europea. Según seńalan los portavoces vecinales de Mieres, «este documento demuestra que la exposición prolongada a efectos electromagnéticos puede producir modificaciones a nivel celular y molecular, pudiendo producirse mutaciones genéticas que derivarían en cáncer».

No todo el mundo científico considera que las antenas son peligrosas. Antonio Hernando, director del Instituto de Magnetismo aplicado de la Universidad Complutense de Madrid, seńaló, durante una conferencia en la Universidad de Málaga, que «la exposición a los rayos solares, la proximidad de una línea de alta tensión o el uso continuado de los móviles contienen un mayor índice de radiación que la que puedan producir las antenas de telefonía que proliferan por las ciudades». «Desde el punto de vista científico, aunque, como cualquier formulación no se puede demostrar al cien por ciento, no existe ningún efecto nocivo verificado que produzcan los cambios electromagnéticos con intensidad inferior a los límites que establece la legislación», recalcó.

En toda esta marańa de opiniones científicas, ¿qué dicen las empresas de telefonía móvil? Los responsables de la firma Telefónica, propietaria de Movistar, aseguran que «los teléfonos móviles salvan vidas» y explican que «una antena de repetición de la seńal de telefonía móvil emite hasta 1.000 veces menos radiaciones que las que autoriza la normativa de la Unión Europea». «La compańía Telefónica jamás impulsaría algo que creyese que es perjudicial para la salud», apuntan.

El real decreto 1066/2001 aprobó el reglamento que establece condiciones de protección del dominio público radioeléctrico, restricciones a las emisiones radioeléctricas y medidas de protección sanitaria frente a emisiones radioeléctricas. La norma limita los niveles de exposición del público a estas radiaciones y exige a los operadores que certifiquen su adecuación a la norma, es decir, los grados de exposición en las áreas inmediatas a las estaciones base de nueva planta.

El dilema que se plantea ahora en Mieres enfrenta a la salud de los ciudadanos y el respeto al medio ambiente con el progreso tecnológico y las comodidades. En Espańa funcionan más de 25 millones de teléfonos móviles. El colectivo CAVE (Confederación de Asociaciones de Vecinos y Usuarios) apunta que el 95 por ciento de las antenas de telefonía instaladas en nuestro país están mal ubicadas.

El real decreto y las restricciones que recoge no convencen en Mieres. «Están totalmente obsoletos y descartados por los nuevos informes que se han publicado», explican los vecinos. El colectivo ha recogido firmas y las ha presentado en el Ayuntamiento. Piden que «se nos otorgue la condición de interesados por sentirnos directamente perjudicados, que se deniegen todas las licencias y un estudio epidemiológico por el alto índice de riesgo de cáncer en la zona». Además, exigen la retirada inmediata de la antena que se ha ubicado en el número 3 de los Jardines del Ayuntamiento.

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